Hoy quiero mostraros el trabajo de un artista que descubrí ayer mismo y me embaucó. No os miento si digo que me pasé horas leyendo sobre él, escuchándolo con su voz calmada, mirando imágenes de sus obras... se trata del uruguayo CARLOS PÁEZ VILARÓ.
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Carlos desarrolló su vocación de forma amplia, relacionándose a lo largo de toda su vida no sólo con la pintura sino también con la escultura, la cerámica, la arquitectura, la música y la literatura...
Autodidacta, inquieto y siempre humilde en sus manifestaciones, se consideraba un hacedor de cosas más que un artista y transmitía energía y una admirable pasión por la vida.
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Un hombre carismático que definía al sol como su motor y que regalaba un consejo a quien quiera seguirlo: "Si no intentas, nada hallas". Como orientadora me siento totalmente en sintonía con esta frase. Un mensaje de ánimo y esperanza, un ingrediente necesario para el crecimiento de la vida interior y la búsqueda de la vocación personal.
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En Casapueblo, su escultura habitable, todas las tardes se despide al sol - a su sol- con un poema que el mismo Carlos escribió. Aunque lejos, desde este rincón de Andalucía, he podido asistir a este encuentro intercultural a través de youtube y lo he admirado también como poeta, hombre generoso e idealista, luchador y persona de fe inmensa.
"Hola sol, con tu panza cargada de oro hirviendo (...) Chau sol, te quiero mucho..."
Gracias Carlos!
Gracias Carlos!
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