Mañana me voy a Lisboa y tengo una mezcla curiosa de emociones.

De Lisboa me enamoró todo. Los colores de sus casas, la pena colectiva impregnada en los rostros y en las voces, los olores, la Alfama, la música, lo cosmopolita que me parecía.... Compré acuarelas y pinté mucho a la vuelta. Prometí que volvería enamorada y con pareja; pero los amores de mi vida- hasta ahora- no han querido acompañarme.
Y es ahora, con otros amigos, que vuelvo a Lisboa. Esta vez, con un bagaje diferente, que veinte años no es nada en la canción pero sí que es... y todos lo sabemos. He leído a Saramago, a Pessoa y a Camoes, he visto películas que hablan de Lisboa y he conocido un poco más el fado. Sé lo que es sentir saudade (y mucha), soy más entusiasta que entonces, amo el arte cada día más y disfruto la vida con todos mis sentidos....
Tengo el proyecto de irme a vivir a Lisboa un tiempo... Este viaje es el preludio de lo que alguna vez será. Y estoy tan emocionada como con el preludio de un primer beso... el instante en que sabes que ya va a suceder y estás "nerviosita perdía".
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