8 DE MARZO: DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES
Fue el 8 de marzo de 1857..... algunas operarias de Nueva York protestaron por la mejora de sus condiciones de trabajo: una paga mísera para muchas horas de trabajo en unas condiciones pésimas. El resultado de esta primera manifestación fue un ataque por parte de la policía. Dos años después, también en marzo, estas trabajadoras se reunieron formando un sindicato para intentar mejorar sus condiciones de trabajo.
En 1911, en Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza, se pensó dedicar un día a la mujer, con el intento de obtener el derecho de voto y terminar con la discriminación sexual en el trabajo. Ese mismo año, el 25 de marzo, en Nueva York, 140 trabajadoras de la empresa "Triangle Shirtwaist Company" murieron en un incendio a causa de la falta de seguridad en el trabajo. Una multitud de 100.000 personas participaron en el funeral.
No fue hasta diciembre de 1977 que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución proclamando el 8 de marzo como Fiesta Internacional de la Mujer.
La primera vez en la historia que se reconoció que los derechos humanos de las mujeres y las niñas son parte integral de los Derechos humanos fue en 1993 durante la Conferencia de la O.N.U. Han hecho falta demasiados años para que algunos sectores de la sociedad se dieran cuenta de la realidad que sufren buena parte de las mujeres del mundo.
En muchos hogares españoles, las responsabilidades domésticas y la salud y el cuidado de la familia (niños/as, abuelos/as,...) siguen siendo tareas asumidas por mujeres.
Así mismo, en muchas empresas, los hombres ocupan los cargos directivos, reciben un salario más elevado y están mejor considerados que las mujeres, aún desempeñando las mismas funciones.
Así mismo, en muchas empresas, los hombres ocupan los cargos directivos, reciben un salario más elevado y están mejor considerados que las mujeres, aún desempeñando las mismas funciones.
Resulta necesario que desde los centros educativos se lleven a cabo actividades que contribuyan a compensar las desigualdades existentes en cuanto a la capacidad de tomar decisiones, de expresar sentimientos, etc. La importancia de una Educación en Valores y en actitudes no sexistas se hace fundamental en la infancia y en la adolescencia, por ser un espacio idóneo para convivir.
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